Mariposas, cookies y rayos láser

El hilo va a la estrella donde está mi tesoro.
Mis alas son de plata,
Mi corazón es de oro;
El hilo está soñando
Con su vibrar sonoro...

(El maleficio de la mariposa. Federico García Lorca)

El azar, las coincidencias y las casualidades- para otros, auténticas sincronías- se materializan en lo que llamamos efectos. Son muy heterogéneos y a la vez comparten una raíz común. Algunos de ellos son el efecto mariposa,  el efecto Doppler, el efecto secundario, el efecto especial, el  efecto bumerán -o si lo preferís, boomerang-, el efecto dominó, el efecto invernadero, el efecto contagio o el efecto óptico, etc. Otros se podrían acuñar para designar fenómenos de la naturaleza- algunos acentuados por la intervención humana-, estados de ánimo, resultados de un determinado proceso, percepción “distorsionada” de sonidos dependiendo de la distancia y la velocidad, reacciones diversas ante la ingesta de determinadas bebidas y comidas o medicamentos, recreaciones audiovisuales de rayos láser, superhéroes que vuelan, etc. en películas, montajes escenográficos, espectáculos musicales, etc. La mayoría de ellos describen múltiples y variados aspectos de la vida. Destacaré algunos como el llamado efecto mariposa, relacionado con la teoría del caos y con el proverbio chino: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" o, dicho con otras palabras, cómo todo está interconectado y algunas acciones, aparentemente alejadas entre sí no sólo en el tiempo y el espacio sino también por su propia esencia, pueden cambiar la dinámica, la evolución, las relaciones, etc. de todo. Me recuerda a las hipótesis que se plantean los niños al contar una historia y que empiezan con la conjunción “si”. ¿Qué pasaría si…? Todo comienza aquí. Aunque los modelos causa-efecto basados en el efecto mariposa sean mucho más complejos, seguro. Si pudiésemos prever lo que una palabra casual o una idea en el discurso, por ejemplo, de un político o un personaje carismático, podría provocar o desencadenar, seríamos una especie de adivinos o Casandras a las que nadie creería. Quizás no queramos saberlo, aunque a efectos prácticos, por ejemplo, en las predicciones meteorológicas pueda resultar decisivo incluso en la motivación inicial de un pensamiento. Esto, en cierta manera, ya ha sido estudiado, por ejemplo, al observar el comportamiento entre personas que comparten sus aficiones y gustos en las Redes sociales. Es decir, si un individuo decide dejar de fumar “contagia” a un número concreto, tal vez relacionado con “la teoría de los seis grados” en Internet y así su decisión es tomada como ejemplo por otros, que finalmente deciden optar por una vida más saludable. Parece que sucede igual con nuestros hábitos de consumo y de eso se sirven las “cookies” que se instalan de forma automática en nuestros PC’s. Además también se ha analizado cómo se extiende la información- como un ser vivo- a través de las Redes sociales, como Tuiter, igual que “un virus”. Por otra parte, hay otros efectos que en cierta forma pueden asociarse al de la mariposa, por ejemplo, el efecto boomerang, el efecto dominó y el efecto contagio. Los tres podrían representar diferentes mariposas y sus “antojos”  que en este mundo suelen pasar desapercibidos.

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