Cantar en la ducha
La Red es como un enorme escaparate
de todo tipo de manifestaciones artísticas, por llamarlas de alguna manera.
Algunos diréis que es un laboratorio de ideas en constante ebullición que surgen en formas diversas, por ejemplo la
más popular tal vez sea la del vídeo. Lo
que me sorprende, primero es que le dediquemos tanto tiempo a navegar por ella
como si los siete mares se nos quedaran pequeños y segundo, que se propaguen
con esa energía inagotable. Parece ser
que lo último más visto en YouTube es la llamada “Canción del vaso”, que recuerda a los
percusionistas de Mayumaná estilo casero,
como para hacer alarde de nuestras habilidades y sincronización de movimientos.
Aunque también nos puede recordar al juego del trile, en el que se esconde una
bolita o moneda bajo uno de ellos y se mezclan para confundir al espectador. Resulta
simpática- como algunas “canciones del
verano”- pero me asombra ver cómo surgen cientos de imitadores, que
realizan sus propias versiones e incluso la creación de vídeo tutoriales que te enseñan a perfeccionar tu técnica para mover
los vasos con el ritmo adecuado. Leo en un blog de un Instituto que la canción
tiene su historia y su éxito se debe a una escena de la típica comedia musical “Dando la nota” (2012), aunque parece ser
que procede de los años 50. En parte se parece al fenómeno de la conocida “Harlem Shake”- como sucedió años atrás
con “La Macarena” de Los del Río o “El aserejé” de Las Ketchup-
que como leo en Internet procede de una canción de los 80- creo que la versión más
famosa, no sé si la primera, fue la protagonizada por un grupo de militares
noruegos que se extendió a cualquier lugar de trabajo y que hacía que la gente “perdiera
la cabeza” bailando disfrazados en la oficina o incluso en un avión, que desde
luego no era el lugar más apropiado. Otro ejemplo que también ha traspasado
fronteras es el del “Gangnam Style”,
que era especialmente bailado por niños y adolescentes. ¿Qué sucede para que
este tipo de vídeos, canciones, “performances”
tengan tanta aceptación en las Redes? ¿Qué nos está pasando? Unos diréis que son una muestra de la creatividad del ser humano, y otros, que hemos perdido la vergüenza a exhibirnos o a hacer el ridículo, porque hay que reconocer que no todos sabemos cantar o bailar. Antes cantábamos en la ducha y ahora lo hacemos públicamente sin pudor y aunque llueva. Otro ejemplo en
los que ese escaparate virtual difunde otro tipo de creaciones musicales es
el Lipdub -“doblaje de labios”- que
consiste en grabar un vídeo en una sola toma y los participantes hacen playback. Según leo el videoclip de las Spice Girls titulado “Wannabe” fue su precursor- ¡con más de
44 millones de visitas en YouTube! Un
ejemplo reciente es el del músico David García Lou que canta en chino mandarín y ha tenido un éxito extraordinario
en China con 20.000 seguidores en las Redes
Sociales o el de un joven pianista- creo que canandiense- que colgó una canción en la Web y la eligieron
para una campaña publicitaria. Me preguntó qué será lo próximo que aparecerá
como por generación espontánea en este escenario virtual.
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