Las bicicletas no son sólo para el
verano
El otro día se celebró “El día de la bicicleta” y cientos de
ciclistas de todas las edades recorrieron las calles del centro urbano como una
forma de reivindicar una manera alternativa de moverse por la ciudad, en realidad,
una manera de vivir, que cada vez tiene más éxito. Por ejemplo, cada vez hay
más ciclistas de todos los estilos, con sus cascos, coullotes y camisetas ajustadas como un pelotón del Tour, pedaleando a lo largo del carril
bici, aunque no estamos muy acostumbrados a convivir con ellos. Si no, véase el
movimiento de la llamada “Bici crítica” que una vez a la semana toma la calzada
y consigue que por unos minutos los semáforos y los coches dejen de tener
sentido, como si no existieran y viviéramos en un pueblecito a la manera de “Verano azul” o estuviésemos a punto de
alcanzar las estrellas como Elliot y E.T en la película de Spielberg. Logran un
momento de respiro- y demuestran que todo es posible- en el trajín de vehículos ruidosos y veloces, aunque muchos
conductores se impacienten y toquen el claxon; incluso los hay que intentan
saltarse la marea ciclista a toda costa o protestan airados, a pesar de que
seguro que fueron niños alguna vez y también le pidieron una bici a los reyes magos. En cambio, hay otros
lugares en los que las bicis se han incorporado a lo cotidiano, como en
Vietnam, Holanda, Alemania, Reino Unido, China, etc. Allí la bicicleta es la
prolongación de uno mismo como nuestras sombras. Y se ven aparcadas a las
puertas de todo tipo de edificios formando verdaderos entresijos de barras, manillares,
ruedas, radios y sillines como la instalación de un artista contemporáneo. Las
bicicletas no son sólo para el verano, ya que conllevan una vida más sana,
relajada y respetuosa con el entorno, sin olvidar que debe ser imprescindible
respetar los derechos tanto de transeúntes, conductores como de los ciclistas.
Para algunos la bicicleta es un recuerdo de la infancia, de bicis como las de
antes; para otros, son el presente incluso en una bici estática. Además hay
muchos ejemplos de personas que se han subido a su bici y han recorrido medio
mundo con un mensaje en la mochila o sencillamente por el placer de vivir así.
Recuerdo la foto de una mujer vietnamita vendedora de flores que las
transportaba en el asiento trasero de la bici, como si fuese la vendedora de
lirios de Diego Rivera. Para mí esa imagen es el símbolo de lo que representa
elegir la bicicleta como forma de vida, mucho más que una afición o un deporte.
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